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...II

El invierno es vil,

e inmoral allá arriba en los Altos de la Virgen.

Descubre las pijamas,

retrasa los orgasmos para ir

a contener las goteras que se escurren

por los cuerpos sin ser sudor de amor,

sin ser ardor.

Solo lluvia y barro.

Hoy hace calor, el verano

permite la argamasa

de pieles,

de juegos,

certidumbre de una noche,

nada más.


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Todo está planeado.
Me levantaré cuando la Hidra esté en el cénit.
Caminaré en dirección de la Cruz del Sur.
Los pájaros estarán en sus nidos y el búho,
que a esa hora gira la cabeza a la izquierda,
no me verá pasar.
Solo tengo miedo del rumor en el pecho,
será incontenible y aquí,
en este valle, resuenan con fuerza los ecos.
No llevo más equipaje que la piel
y un juego de párpados.
Emergeré en la segunda ola
que rompa en la mañana.

Tomado de Hacía el Pacífico

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Todo está planeado.
Me levantaré cuando la Hidra esté en el cénit.
Caminaré en dirección de la Cruz del Sur.
Los pájaros estarán en sus nidos y el búho,
que a esa hora gira la cabeza a la izquierda,
no me verá pasar.
Solo tengo miedo del rumor en el pecho,
será incontenible y aquí,
en este valle, resuenan con fuerza los ecos.
No llevo más equipaje que la piel
y un juego de párpados.
Emergeré en la segunda ola
que rompa en la mañana.

Tomado de Hacía el Pacífico

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